Numerosas son las historias y leyendas relacionadas al café, algunas mas fantásticas que las otras, se dice, por ejemplo, que fue el Arcángel Gabriel, quien le dio la primera taza de café al profeta Mahoma, por sus continuas vigilias en oración, inicialmente se le llamó Qahwa, esta palabra, significa "vigor"
Leyendas, cuentos e historias relacionadas al café, las hay de distintas formas y tintes, pero, recordemos que el café es originario de África, el arábica, de la actual Etiopía, antigua Abisinia, en la provincia de Kaffa; pero se le ha señalado "arábica" en virtud a los árabes quienes lo difundieron, lo disfrutaron y comercializaron dentro del mundo árabe e islámico. El café canefhora o robusta es del Congo africano; nombramos estas dos especies, pues son las conocidas "comercialmente" es de hacer notar que existen mas de 125 especies de café y deben existir aún mas "sin descubrir". Lo increíble de esta semilla, de esta bebida, ha sido el efecto transformador en los aspectos sociales, económicos, políticos y de cada ser humano que entra en contacto con el café. Muchísimas son las anécdotas, que mis clientes comparten mientras disfrutan de su bebida: Cappuccinno, espresso, latte,.. etc. Muchos de ellos crecieron en fincas de café, se criaron entre cafetales, recuerdan detenidamente, las jornadas de recolección de las cerezas, el despulpado, el fermentado en los tanques, el lavado, el secado al sol: cuentan como lo movían con unos rastrillos de madera, correr a recogerlo si amenazaba la lluvia, el trillado, aquí una amiga me contaba, sonriente, recordando tanta felicidad, como se lanzaba, siendo niña, sobre montones de pergamino de café. Ni hablar del tostado con una paila y paleta de madera, con el movimiento constante de la paleta, para que el café, tenga un tostado uniforme, luego molerlo, con molinos manuales, definitivamente un trabajo de paciencia y de esmero.
En esas tertulias con mis amigos - clientes, surgió esto que suena a bíblico, no es leyenda, es mas una composición alegre sobre el origen del café, aunque obviamente se lo debemos a Dios, y dice así:
"Y en el séptimo día, Dios creó el café, vio que era bueno se tomó una taza y descansó"
José Luis
Katuay Café
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