jueves, 9 de junio de 2016

La quinceañera y los mariachis!


   Un sábado, asistí a una celebración, unos quince años, fui en compañía de mi esposa y mis dos hijos, esta celebración, como todas las de la familia Contreras, se caracterizan por su alegría, su abundancia, y, créanlo o no, en estos tiempos de Venezuela, en la comida, esta familia, se esmera, se desbordan en atenderte, en que te sientas muy bien, buena música, bebida, imaginen había cerveza Polar, que luuujoooo! 

En fin, excelente todo, y, pues no podían faltar los mariachis, llegó el primer grupo, como una hora después de haber salido la quinceañera, como siempre, entran cantando, en eso algún familiar toma el micrófono y llaman a la galardonada, a la celebrada, y, empieza el suplicio, a veces creemos que lo que nos gusta, les gusta a otros.

   Inmediatamente, comienzan los halagos, los hermosos mensajes, que transmite el cantante, dizque mexicano, de parte de la familia y amigos, casi que empujan a la niña, al centro de la agrupación y le encasquetan un sombrero de charro, casi que hasta las cejas y solo frenado por las orejas, la pobre, fingió varias sonrisas para las fotos, que inicialmente, iban con la primera canción, no se el nombre, pero habla de un padre que esperaba un hijo y le nace una niña... bueno, la quinceañera, sobrevivió a la primera dosis de mariachi, terminaron de cantar, se ubicaron por un lado de la sala y bebieron, comieron, pero no se fueron, unos cuarenta minutos después, arrancan otra vez, con las mismas cancioncitas, la de la niña linda que no la esperaba el padre, y otras no se si mas patéticas, y otra vez gritan: -La quinceañeeeraaa, que venga la quinceañeeeraaa-! En la frente de la niña, se dibujaba un letrero, que decía: "Nooo, otra vez nooooo" Y tooomaaaa, le volvieron a encasquetar el sombrero de charro. Dios mio! porqué no le preguntaron, si quería mariachis? Imaginen su rostro, apuntado por una cantidad de celulares, con las cejas levemente arqueadas, los ojos, casi que se le salen y estirando los labios, con un esfuerzo sobre humano, para que pareciera una sonrisa, que tortura, pero, como todo pasa, ese momento pasó, y continuó la celebración, pero alguien bien intencionado, "se regaló" su conjunto de mariachis, para la fiesta, y llegó otro grupo, y entre los cantantes, al parecer un familiar que le dedicó unas bonitas palabras a la niña, no sin antes, llevar el borde del sombrero hasta las orejas de la pobre, y los presentes, con sus smartphones, haciendo de manada de fotógrafos, diciéndole: - sonríe, sonríe- ! Esta bien una primera dosis, pero tres? En esta época, es mucho para una quinceañera.

   Cuando no quieres sopa, te dan doble, o hasta triple.



    

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