jueves, 29 de mayo de 2014

.. en una mina de oro!

    Siempre hay oportunidades que aprovechar, siempre a tu alrededor, existen posibilidades que pueden favorecerte, ahora, el detalle consiste en si puedes ver o no, y no me refiero al sentido de la vista, me refiero a si eres capaz de reconocer la oportunidad, hay personas que lamentablemente: para ellos, ni siquiera enseñándoles el camino, son capaces de reconocer y aprovechar una oportunidad. Pero inclusive mas allá de eso, hay quienes ven, pero no dan mas allá de "lo suficiente"

       Me decía un amigo, en el café: Que en el río Orinoco, cómo a una hora de Puerto Ordaz, se encuentran los Castillos de Guayana; construidos por los españoles, para vigilar e impedir la entrada de piratas, por el río Orinoco. Obviamente es un sitio de interés turístico; hay personas que van a conocer los castillos y sorprenderse con sus estructuras, que te trasladan a esa época de piratas, bucaneros, etc. En el lugar también hay quienes aprovechan la visita de los turistas y proporcionan "servicio de comida" me decía mi amigo, que sirven un pescado, obviamente obtenido del imponente Orinoco; no me supo decir que pez era, pero que inicialmente, se ve suculento; cuando lo sacan del agua; ahí lo preparan, tienen unos calderos, que quien sabe cuando fue la última vez que le cambiaron el aceite, unas mesas, no muy bien presentadas y la presentación personal de quienes atienden, no es la más vistosa:se entiende, verdad?

      Entonces, continuaba contándome, que la combinación de unas facilidades: Los Castillos, el Orinoco, un excelente pescado, una vista increíble; que pueden enlazarse con una excelente preparación, una vestimenta mas detallada, unas mesas presentadas con "esmero" quizás con toldos, y ese tipo de detalles, una atención de primera, harían la diferencia, una gran diferencia. Me contaba que había visitado un lugar en el mediterráneo, donde todos los factores eran de cuidado, rayando en la excelencia, pero que el pez que servían, no era tan llamativo a la vista, como el del orinoco, su sabor bueno, pero no de exaltarse, pero la atención, la presentación del sitio, las mesas, la vestimenta de quienes atendían era de exaltarse; esa es la diferencia, me decía, hay quienes no saben aprovechar lo que tienen, y no dan ese toque extra, para hacer la diferencia y por eso en sus vidas "no hay diferencias" a fin de cuentas, es cuestión de educación, es cuestión de cultura, es cuestión de actitud y por último la frase que me obligó a escribir esto: "Cada quien está sentado en una mina de oro"   

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